Seis pilares de Bianchi

Protagonistas de un ciclo que dejó su huella
para siempre en la historia de Boca

Juan Román Riquelme

Su bandera

Con el jugador que más idilio generó Bianchi en Boca fue con Juan Román Riquelme. No bien llegó, en julio de 1998, le dio la camiseta 10 y lo ubicó como enganche, sacándole responsabilidades defensivas (con Veira jugaba de carrilero) para que tuviera más claridad y aprovechara su clase con asistencias y goles. Fue su gran líder futbolístico.

Mauricio Serna

El carácter del equipo

Otro de los futbolistas que fueron un bastión en la columna del primer equipo. Serna fue el bastión defensivo junto con el arquero Córdoba y los centrales Bermúdez y Samuel. El equilibrio que aportaba era fundamental, así como también la personalidad para que Boca afrontara los partidos más difíciles.

Martín Palermo

El optimista del gol

Su olfato goleador y la convicción con la que atacaba llevaron a Bianchi a llamarlo el “optimista del gol”. El máximo goleador de la historia xeneize fue protagonista de los primeros títulos del Virrey, pero alcanzó su punto máximo en la final ante Real Madrid, en Japón, por 2-1. Boca arrancó con todo y a los seis minutos ya ganaba con dos goles del Titán.

Guillermo Barros Schelotto

La picardía y la gambeta

No bien llegó a Boca, otra de las cuestiones que definió Bianchi a los pocos entrenamientos fue que se iba a jugar por la sociedad de atacantes Barros Schelotto-Palermo. El Mellizo se hizo ídolo con goles, gambetas, desequilibrio y también siendo protagonista en los clásicos ante River. El más recordado, la revancha en el Monumental, cuando Boca lo elimina por penales en la Copa Libertadores de 2004.

Marcelo Delgado

Un definidor a tres dedos

El tercer delantero del ciclo en importancia, el que también festejó goles importantes ante River, en la Bombonera y el Monumental; anotó ante Cruz Azul, en la final de la Copa del 2001 y brilló en la Libertadores 2003, convirtiendo tres de los cinco goles en el global de las finales ante Santos, de Brasil, dos en la Bombonera y uno en el Morumbí. Ganó 10 campeonatos con la camiseta azul y oro.

Roberto Abondanzieri

La paciencia del arquero

Bianchi ya había hecho una jugada arriesgada (pero valiente) cuando respaldó a Córdoba tras los primeros cuestionamientos en 1998. El suplente era el Pato, que más de una vez pensó en emigrar. Sin embargo, tuvo paciencia y su momento llegó. Se consagró desviándole los penales a Pirlo y Costa Curta en la victoria ante Milan, en Japón, en 2003. Y Abbondanzieri terminó ganando 14 títulos en la Ribera.